En este grupo se ubica a aquellas prácticas o medidas de acondicionamiento del territorio y disposición de infraestructura que se realizan en determinadas zonas a nivel de microcuencas, facilitando o permitiendo la recarga hídrica de los acuíferos, suelo y sub suelo; o aquellas que permiten la captación y el almacenamiento del agua en la superficie (cosecha), facilitando el afianzamiento hídrico de las microcuencas.
Estas tecnologías pueden ser parte del legado de prácticas ancestrales que, además de ser un patrimonio cultural de la comunidad, siguen siendo vigentes para enfrentar las condiciones del clima, el territorio y los nuevos escenarios socioeconómicos o pueden ser tecnologías introducidas, producto de innovaciones adaptadas a las zonas y que ahora forman parte de la organización social y de las actividades propias del territorio.
De hecho, estas tecnologías son mantenidas, mejoradas y operadas por acciones colectivas de organizaciones que ejercen gobernanza sobre los sistemas, asignando roles para la operación de los mismos.
Permiten, por ejemplo, la incorporación del agua sub superficial, manteniendo el caudal de los manantiales en las partes bajas de la microcuenca, inclusive durante las épocas largas de estiaje. Por ello, estas tecnologías son de intercepción de caudales, de captación de lluvias en el terreno, de acondicionamiento de la cobertura vegetal, entre otras, que facilitan la infiltración.
Las tecnologías de cosecha de agua en el territorio son de almacenamiento del recurso, pero no se descarta que muchas de éstas, represas en tierra, permitan la infiltración. En algunas zonas, a estas prácticas se les conoce como “siembra y cosecha de agua”.