El proyecto “Gestión del conocimiento y desarrollo de capacidades institucionales para promover la gestión integral del agua en la agricultura familiar - GIAAF” es una iniciativa del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), financiada por su Fondo Concursable para la Cooperación Técnica (FonCT), con la colaboración de instituciones públicas y privadas de Perú, Costa Rica, Nicaragua y España. Su ejecución, iniciada en noviembre del 2014 para un periodo de 24 meses, ha estado motivada por las siguientes constataciones:
La producción de alimentos debe aumentar año tras año para satisfacer las necesidades de una población mundial cada vez más numerosa, en un escenario de menor disponibilidad y alta competencia por recursos como el agua que, pese a su importancia para la agricultura y, en general, para toda la actividad humana, es uno de los más vulnerables en su cantidad y calidad.
En ese contexto, la agricultura familiar es estratégica para América Latina y el mundo no solo porque representa más del 80% de las unidades productivas, sino también porque es una aliada decisiva para el cuidado del ambiente, el resguardo de la biodiversidad, la reproducción de tradiciones culturales y, en la medida que de ella depende un alto porcentaje de pobres rurales, fortalecerla contribuye también a poner fin a la pobreza, al hambre, a la desigualdad, entre otros objetivos de desarrollo sostenible.
Sin embargo, este tipo de agricultura es una de las más afectadas por dificultades de acceso, uso y manejo del agua, debido a una compleja combinación de factores tales como i) la contaminación que se origina desde otros usos y usuarios; ii) los efectos del cambio climático; iii) la persistencia de prácticas agrícolas no sostenibles, iv) los cambios en el uso del suelo, v) la limitada disponibilidad de infraestructura hídrica, vi) la escasa difusión de tecnologías apropiadas; vi) las débiles capacidades técnicas y socio-organizativas, y vii) el inadecuado marco de políticas e inversiones públicas para atender sus necesidades.
En ese sentido, procurar mejoras en la gestión y manejo de los recursos hídricos, ya sea para el consumo doméstico, actividades económicas complementarias o para transformar de forma más eficiente el agua en alimentos, es fundamental, a su vez, para la consecución de una agricultura familiar más productiva, competitiva, resiliente y, en suma, sustentable.
Para ello, existe una gran diversidad de opciones tecnológicas que, desde una perspectiva integral, permitirían mejorar la eficiencia de riego a nivel de parcela; optimizar la operación de los sistemas hidráulicos colectivos; reducir la evapotranspiración del sistema suelo-planta; mejorar el afianzamiento hídrico mediante medidas de recarga que facilitan la infiltración en acuíferos, sub suelo y suelo, o mediante cosechas de agua y otras prácticas que mejoran el acceso y protegen la calidad del agua para el consumo humano y el uso agropecuario.
No obstante, pese a los esfuerzos de diferentes actores y entidades promotoras, estas alternativas son poco aprovechadas debido, entre otras razones, a la alta dispersión de información e insuficiente documentación de las evidencias; la fragmentación de los esfuerzos institucionales orientados a la gestión de dicho conocimiento, y el déficit de recurso humano capacitado en las organizaciones agrarias y las entidades públicas y privadas, para generar, a partir de la experiencia, servicios adecuados de apoyo a la agricultura familiar.